Una fragancia puede despertar recuerdos y emociones. Si procede de una planta, también puede aplicarse como tratamiento terapéutico para aliviar ciertos trastornos. La Medicina y la cosmética han redescubierto en los últimos años las cualidades de los aceites esenciales, cada vez más populares. Sin embargo, la alta concentración de estos óleos requiere extremar el cuidado al emplearlos ya que pueden presentar importantes efectos secundarios

El campo de aplicación de los aceites esenciales se ha ampliado en los últimos años para abarcar la cosmética, la higiene, la medicina y la alimentación. Su agradable olor, sus propiedades terapéuticas y su origen natural los convierte en cotizados ingredientes de una gran variedad de artículos: desodorantes, jabones, lociones de belleza, linimentos para la tos, perfumes, dentífricos y mermeladas, entre otros. Sin embargo, su empleo es más antiguo que los productos de los que forman parte.

Hace 400 años

El uso medicinal y cosmético de aceites procedentes de plantas, llamados «esenciales» debido a su olor intenso, ha sido un arte practicado por todas las grandes civilizaciones, desde China o Grecia al Antiguo Egipto. Una tableta de arcilla de Babilonia, del año 1800 a.C., recoge instrucciones para importar aceite de mirra, ciprés y cedro. Este último era uno de los más preciados. Los egipcios lo utilizaban para embalsamar a sus faraones, proteger sus papiros de los insectos y, en cosmética, para cuidar su cuerpo y hacer masajes de pelo.

La Biblia relata frecuentes sucesos ligados a la elaboración de ungüentos vegetales. En el Éxodo, Dios le encomienda a Moisés la elaboración de un óleo santo con mirra, canela, cálamo, casia y aceite de oliva. Las connotaciones mágicas o religiosas siempre han formado parte de su empleo tradicional, a lo que, sin duda, han contribuido no sólo sus propiedades terapéuticas sino también su capacidad para despertar toda clase de sentimientos y recuerdos. No en vano, el sentido del olfato está ligado al sistema límbico del cerebro, que registra las emociones y la memoria.

Olor a manzanas contra jaquecas

Las plantas han sido utilizadas por la medicina de todos los tiempos y culturas, y muchas de ellas han demostrado su eficacia en estudios clínicos. Sin embargo, la capacidad de las fragancias naturales para actuar sobre la mente y fomentar la curación sigue siendo un campo poco explorado por los científicos, que, en muchas ocasiones, se limitan a constatar un efecto sin poder ofrecer una explicación. Así, un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, descubrió que los olores agradables, como el de manzanas verdes, podía aliviar las jaquecas. Los autores del estudio, publicado en la revista «Headache Quarterly», atribuyeron el efecto a la influencia del olor en el estado de ánimo.

Los principios de la fitoterapia, o uso medicinal de las plantas, y la influencia del olfato en las emociones son los fundamentos en los que descansa la aromaterapia. Los aceites esenciales contienen, según esta terapia, la energía vital de la planta, cuya vibración consigue determinados efectos en la mente y en el organismo del paciente. En aromaterapia se emplean unos 150, la mayoría obtenidos a través de destilación, pero las posibilidades que ofrece la Naturaleza son mucho mayores: miles de plantas y árboles, con sus correspondientes hojas, tallos, cortezas, raíces, semillas, frutos y flores. Y en cada uno de estos aceites pueden encontrarse hasta un centenar de sustancias. Una enorme despensa farmacéutica de la que tan sólo se utiliza una pequeña parte con fines terapéuticos.

Riqueza aceitera

Cada esencia está indicada para un trastorno psicológico o somático diferente. Entre sus propiedades más frecuentes figuran las «balsámicas, descongestionantes y antisépticas», según el doctor Joaquín Giráldez, director del Servicio de Farmacia Hospitalaria de la Clínica Universitaria de Navarra. Nuestro país es especialmente afortunado tanto por su calidad como por su abundancia de aceites, según este especialista. De ahí que muchos de ellos formen parte de la tradición popular, como el tomillo, la manzanilla, el romero, la lavanda, el eucalipto, el clavo y la canela.

A pesar de su origen milenario, el auge de los aceites esenciales ha sido reciente, coincidiendo con la aparición de tiendas especializadas en sustancias naturales y de productos de gran consumo, como ambientadores o cremas de belleza, que proclaman basarse en la aromaterapia. Las esencias pueden inhalarse de diferentes formas: con quemadores, vaporizadores, o añadiéndolas a un baño de agua caliente. De esta última manera no sólo nos beneficiamos de sus propiedades por vía nasal sino también a través de su absorción por la piel.

Importantes efectos secundarios

Sin embargo, el contacto con la epidermis casi siempre debe hacerse a través de disoluciones, no directamente. La alta concentración de estos óleos requiere extremar el cuidado al emplearlos, ya que pueden presentar importantes efectos secundarios, advierte Verdisa. El más común es la irritación, pero los hay mucho más graves: se ha demostrado en ratones que los derivados del fenilpropano, como la asarona (con un componente tóxico que también se encuentra en el cálamo), el safrol y el estragol pueden inducir la aparición de tumores. Es importante asesorarse correctamente. Hoy en día hay grandes profesionales en el campo de la salud (incluso desde la comodidad de casa) como ésta Coaching Online Personal.

«La toxicidad aguda de los aceites esenciales se manifiesta fundamentalmente a nivel del sistema nervioso central y de los aparatos respiratorio y cardiovascular», destaca la profesora Verdisa. Crisis epilépticas, asfixia, malformaciones y abortos, y efectos psíquicos son otras de las alteraciones que puede provocar el uso inapropiado de algunos aceites esenciales. El de nuez moscada, por ejemplo, puede ocasionar «alteraciones del comportamiento, llegando incluso a originar alucinaciones, sobre todo visuales, distorsión de los colores con percepciones irreales y despersonalización».

Como un fármaco

Los aceites de clavo y nuez moscada, cuando se utilizan adecuadamente, son antiinflamatorios e inhibidores de la agregación plaquetaria, lo que les hace recomendables en alteraciones vasculares, pero ingeridos en dosis elevadas pueden ocasionar la muerte. Lo mismo ocurre con los de eucalipto y canela. La citada catedrática recomienda el uso de los aceites con el mismo criterio que los fármacos: «Hay que vigilar la posología, la actividad farmacológica y los efectos secundarios».

La mayoría de las presentaciones que pueden encontrarse en el mercado incluyen instrucciones de uso. La especialista en cosmética Carmen Navarro, con 28 años de experiencia en el tratamiento con óleos esenciales, aconseja adquirirlos en herbolarios, farmacias y tiendas especializadas, y asesorarse sobre su calidad y propiedades. Además de los usos domésticos, en baño e inhalaciones, también propone acudir a un experto para beneficiarse de sus propiedades a través de masajes.

En su clínica aplica las esencias en los puntos de acupuntura «con el fin de desbloquear el cuerpo». A su juicio, «de nada sirve el masaje más maravilloso si vienes estresado. Antes es necesario desbloquear, drenar y eliminar el estrés para que sea realmente eficaz».

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3 comentarios

  1. Los aceites esenciales y la cosmética natural ecológica van de la mano. Se aprovecha el potencial terapéutico de los activos de las plantas para la elaboración de productos cosméticos eficaces para el cuidado y tratamiento de los problemas de la piel.

  2. Muchas gracias por este artículo, está muy completo.
    Como nutricionista malaga te aconsejo de que, si quieres seguir una dieta, que sea recomendada por tu nutricionista y que sea personalizada. No vale cualquier tipo de dieta. La misma que es para tu amiga para ti puede no valer.

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